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"Autismo en la Vida Adulta: Retos y Oportunidades Económicas"



Hay días que son sumamente complejos en la vida de cualquier persona. Esta mañana he intentado ampliar más mi empatía y compasión por Eric, el #DinosaurMaster, y por todos los "ERICS" que viven en el planeta Tierra y que presentan limitaciones importantes en diferentes áreas de su funcionamiento. Estas limitaciones, por diversas razones, les limitan en poder hacer una introspección profunda de sus emociones, pensamientos y sentimientos, y comunicarlos de manera efectiva. Es difícil para muchos (no todos) ellos/as expresar a sus madres, padres, terapeutas, hermanos, abuelos, o incluso gritarle al mundo que quieren bajarse del planeta, que las altas demandas de ser adultos y estar vivos son abrumadoras (ansiedad). En muchos casos, como el de Eric, comienzan a ser conscientes de que sus padres en algún momento morirán y no estarán ahí para resolverles la vida económica, emocional, laboral, de cuidados, etc. No tienen (por sus diversas limitaciones) la posibilidad de que su vida tenga el rumbo que ellos o ellas desean porque no hay una verdadera consciencia (frontal ejecutivo) de cuáles son las alternativas para labrar su futuro, hacia dónde llevarlo y cómo hacerlo.


Ayer fue un día complejo emocionalmente para ambos (Eric y yo). Me observé todo el tiempo: mis palabras, mis acciones, mi tono de voz, mi lenguaje corporal. ¿Para qué? Para darle sentido a cada uno de esos aspectos y hacer las modificaciones necesarias, pero desde un acto de conciencia y no de auto-recriminación y culpa. Observé también a Eric: sus palabras, su lenguaje interior que sale en voz alta, sus acciones, su mirada, su cabeza agachada y su desesperación por intentar comprender mi preocupación de que él comprenda que no solo necesita ser autosuficiente en su cuidado personal y en el apoyo en casa, sino también ser responsable de sus acciones y de generar ingresos de la manera que pueda hacerlo (con los apoyos necesarios pero no excesivos).


Deseo que mi hijo comprenda que el dinero es lo que paga su alimentación, los servicios del hogar, el internet, la ropa, el transporte, el helado que se come, las terapias, las clases, las visitas médicas, los suplementos, etcétera. No quiero irme a la tumba sabiendo que no tiene consciencia de que las cosas tienen un valor monetario, de que él es capaz de generar esa energía que nos da tanta libertad a todos/as: el dinero y que su hermano o la persona que lo supervise o acompañe en su vida más adulta cunado papá y mamá hayan partido, no puede ser el responsable de todo el peso económico de sus necesidades.


No todos los chicos y chicas con TEA u otras condiciones tienen las habilidades para ser productivos económicamente, algunos porque su misma neurología no les ayuda y otros porque jamás se les ha enseñado el valor del dinero y cómo este se genera.


Cierro diciendo esto que puede ser una bofetada para muchas personas: Si tu hijo o hija aún no conoce y no ha experimentado el valor del dinero porque tú le resuelves todo y le pones el dinero en la cartera, te invito a reflexionar qué mensaje le estás dando. ¿Qué le estás queriendo decir sobre él o ella misma y sobre el momento en el que ya no estés ahí para pagar todas las cuentas, poner comida en la mesa cada día y colocar dinero en su cartera que parece aparecer como por arte de magia? ¿Qué mensaje le estás dando sobre la vida misma?



Lola Hernández Gallardo

Consejera Familiar y Educativa

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