Hace algunos días, tuve una vivencia que vale oro. Impartí algunas charlas y dinámicas sobre el miedo a estudiantes de segundo de secundaria (14 - 15 años), en un colegio privado en una zona muy privilegiada en la Ciudad de México. No comentaré en detalle los resultados de esa aventura, lo que si vale la pena compartir es que en esta escuela no están incluidos estudiantes con trastornos del desarrollo como el autismo -cuestión que me alegra-, ¿por qué me alegra? porque los estudiantes diagnosticados como "normales", tienen retos emocionales tan complejos como los retos sensoriales, de conducta y sociales que tienen personas con TDA. No cabe duda que no sé si en este momento el estado de emergencia debería ser atender las necesidades emocionales de los adolescentes en general o atender las necesidades terapéuticas y educativas de la población excluida por su condición.
Hoy me cuestiono si en realidad yo quiero a mi hijo Eric en un grupo regular en el que los estudiantes tienen tantos retos y dificultades como él (pero de otra índole). No estoy segura de querer insistir en que incluyan a mi hijo con TEA en un grupo de estudiantes "normales" que padecen los efectos del bullying y el acoso escolar... Conste que estoy hablando de chicos neurotípicos y, son ellos, los que están pidiendo a gritos (EN SILENCIO) que los adultos hagamos ALGO para aliviar el problema del bullying que el día de hoy se ha convertido en una epidemia y quizá... en un estado de emergencia.
Dos chicos adolescentes se me acercaron y me comentaron: "Lola, el bullying nunca va a desaparecer. Lo que tenemos que hacer es aprender a sobrevivir, es por eso que todos vamos al psicólogo y otras terapias, necesitamos que alguien nos ayude a sobrevivir y entender el acoso escolar que vivimos."
¿Qué está pasando ADULTOS? ¿Qué estamos haciendo mal? ¿Cómo querer mejores seres humanos cuando estamos promoviendo campos de concentración en los patios de las escuelas? Tú que lees esta nota: ¿Qué estás haciendo HOY para aliviar esta situación? El tema del bullying NO es tema únicamente de los padres o de los educadores, es un asunto de TODOS los adultos que nos comportamos de manera intolerante, impaciente, con prisas, nos burlamos y juzgamos, adultos llenos de cargas emocionales que nos negamos a sanar, y se las estamos echando encima a las nuevas generaciones…
¡Vamos gente! no se trata de qué tipo de planeta les vamos a dejar a los niños y jóvenes, se trata de qué tipo de niños y adolescentes le vamos a dejar al planeta
Para reflexionar...
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