El día de ayer (abril 15) tuve el placer de compartir en un panel de papás con: José de Perú, Jorge de México, Carlos de Argentina, Juan José de Chile y Alfredo de Guatemala, cada uno provenía de una cultura diferente que seguramente ha marcado la percepción sobre su propio país y también la de ellos mismos. Cada uno de ellos con una historia de vida que es tan única, que si escribiera la frase: "una vida diferente", estaría restándole importancia y profundidad a sus alegrías, su dolor, sus miedos y anhelos.
La vida de cada persona es un libro, la unión de todos esos libros conforma una biblioteca humana, yo tuve el privilegio de leer un par de páginas de seis de los libros de esa biblioteca, cada uno de esos libros aportó un gran valor a la charla, cada libro compartió su percepción y su sentir sin embargo, abordamos un tema que nos unió, un evento que se mencionó en cada uno de los libros: el diagnóstico de autismo.
El autismo nos toco, toco las vidas de todos los que participamos en la conversación, y también de la gran mayoría de las personas que participaron desde Facebook Live y de los que escucharán la grabación más tarde. El diagnóstico de autismo de nuestros chicos y chicas ha sacado lo mejor de nosotros y también lo peor de la misma manera que ocurre con cualquier desafío que experimentamos, sin embargo, como dijo Carlos Fiore: "lo único que nos queda, es transmitir amor y la dulzura".
Ninguno de nosotros esperábamos el diagnóstico de autismo de nuestros hijos y/o hijas, es más, no sabíamos lo que esperábamos cuando decidimos ser padres y madres, lo único que sí sabíamos es que un día la vida nos dio la oportunidad de ser los guías y responsables de dotar de herramientas a nuestros chicos y chicas para que ellos y ellas puedan caminar su propio camino. Escuchar al especialista diagnosticar a nuestros hijos y/o hijas con autismo, nos dio también la oportunidad de re-significar (como lo dijo JuanJo Lecaros) todo aquello que considerábamos como una verdad.
Decidí escribir esta entrada en mi blog para compartir algunas de las frases que fui rescatando en una bolsa de papel mientras cada uno de mis invitados abrían su mente y su corazón para compartir su sentir y pensar. Cada una de estas frases permitirá al lector procesar y reflexionar sobre su significado y finalmente se quedarán con lo que entienda. No existe una connotación única, la cantidad de significados es equivalente al número de personas que leerá esta nota y esa interpretación estará determinado por su cultura, sus vivencias, experiencias, prejuicios y será también parte de su interesante punto de vista.
Estas son las frases que me quedo, las que seguramente me robaré para utilizarlas en futuras entradas de blog, en mis webinars, conferencias y en las sesiones con las familias:
- Transitar con amor y dulzura.
- Nos toca luchar y unirnos con la pareja.
- Buscamos ponerle nombre y apellido a lo que observamos y en ocasiones nos equivocamos.
- Re-significar lo que sabemos, lo que creemos, lo que pensamos.
- No se puede hablar de roles de género, ambos hacerlo por igual.
- Reconocer que no soy de acero, soy de carne y hueso.
- El ganador no es el que corre más rápido sino el que corre mejor.
- No estamos solos, somos muchos.
- Antes de preocuparme por mi, me preocupé por mi mujer.
- Estamos para formar equipo no para dividir fuerzas.
- No siempre tengo que poder.
- Si no sumaba y se fue, agradece que se haya ido.
- He comprendido que mi camino no es el camino e mis hijos.
- He comprendido que a través de ellos tengo mi misión.
A quienes lean esta entrada les invito a robarse las frases de mis invitados, tenemos su autorización, siempre y cuando las usen para sumar, para construir, para convivir desde maneras nunca antes vistas; para hacer de la inclusión una nueva cultura que nos logre unir a través de las divisiones políticas o territoriales que, después de todo, son solamente parte de un mapa.
Lola Hernández Gallardo
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