Sanar la relación con mamá, significa sanar la relación con la vida misma puesto que su óvulo y el esperma de papá nos dieron la chispa de vida. Sin embargo mamá fue nuestro transporte a la tierra, sus emociones durante el embarazo fueron las nuestras: Cuando el bebé está en el útero le entrega su vida a su madre porque él solo no puede sobrevivir. Esta es la manera en la que todas las emociones, sensaciones, sentimientos que pertenecen a la madre son también las del hijo o la hija. Así es como la primera persona en quien eligió confiar fue en la madre.
Quizá hoy no te es posible entregarle tu confianza a mamá, pero si puedes agradecer con cada una de tus células que te haya dado la oportunidad de vivir dentro de ella, de haberte cuidado de la mejor manera que supo y pudo, dentro y fuera del útero. Si tu vida fue dura y difícil a su lado, imagina: ¿Cómo fue la de ella durante su infancia?
Hoy te invito a reconciliarte con lo femenino y con lo masculino que habita en ti, es imposible arrancarte las células de uno de tus progenitores. Te invito a decidir que a partir de hoy, tú eliges tu camino de vida y bajas el dedo que ha enjuiciado el daño (consciente o inconsciente) producido por mamá y/o por papá. Después de todo, reconciliarse con la madre también sana la relación con el dinero, la felicidad y las relaciones de pareja.
Perdonar, es perdonarte y descubrir quién eres cuando eres perdón.
Lola Hernández Gallardo
Consejera Familiar y Educativa
Fundadora y moderadora del Grupo
de Fortalecimiento para Adultos:
Si me cuido te cuido mejor (https://www.lolahernandez.org/grupo-cuidadores).
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